domingo, 25 de noviembre de 2012

Mi crónica de Los Morros (17/11/2012)


La noche antes ya andaba yo nervioso en Sevilla tras recibir la invitación de acompañar al puesto que tenía comprado en Los Morros mi buen amigo Lolo Mialdea el sábado 17 de noviembre de 2012. Una oportunidad para poder montear juntos dos monteros que sumamos entre ambos más de un siglo de vivencias monteras, más que nada porque superamos ambos la cincuentena y hemos “mamado” por herencia familiar esta pasión por la montería tradicional española.


En vez de ir directamente desde Sevilla hasta Fuente Ovejuna, opté por quedar con Lolo en la gasolinera de la Carrera del Caballo en la salida de la carretera de Badajoz a las 7 y media de la mañana, y desde ahí, ir con su 4x4 hasta la junta, otra posibilidad más de poder charlar con él de nuestra afición, la caza.


A las 6 de la mañana ya estaba yo camino de Córdoba bajo una persistente y cada vez más fuerte lluvia que se convirtió en diluvio desde que pasé La Carolina. Llegar y ver a Lolo cargando gasoil fue una, tomar un café que apetecía esa mañana y partir hacia la reunión que era a las 8 y media, fue cuestión de minutos. En el camino no paró de llover, ni nosotros de contar historias monteras, así se hizo más corto el camino.


En la gasolinera del pueblo era la junta. Allí saludamos a Santiago y a Pepe que ya estaban liados con los prolegómenos de la organización de la montería y nos comimos unas migas mientras comentábamos que conocíamos por allí a poca gente. Nos saludó Javier (cowoyaviador), la gente de Barbate y alguno más.




El sorteo rápido, nombran a Lolo y coge el 2 del Pantano, ¡con la de agua que caía! No parecía buen presagio pero al final resultó ser un buen puesto. Salimos en la 5ª armada. Al 4x4 y camino de la mancha que no estaba demasiado lejos. Dehesa aclarada con pequeños cerros y alguna tierra de labor por medio, muy bonita y más ahora que con las lluvias estaba todo el manto del terreno verde de la hierba que ha crecido con fuerza.






En el nº 1 dejamos al forero j.j.l. y nos pusimos en el nº 2 tras colocar el 4x4 debajo de una centenaria encina al borde del camino. Nos pusimos en la tablilla y quedamos en partir el campo, o sea usar solamente un rifle en cada lance para no doblar el puesto, Lolo con su .270 Win y yo con mi .300 WM sin visor.






Los perros los soltaron a nuestra espalda y tal como nos dijo el postor. Era un puesto de vuelta y vuelta, volviendo al final desde nuestro frente. Soltar y empezar el tiroteo fue todo una. Los puestos por encima nuestra no paraban de disparar así como nuestros compañeros del nº 3, Javier Lorenzo y Juan Mª Romero, un par de muchachos de Almodóvar que demuestran la gran afición y buen hacer de los jóvenes monteros, que al tener delante un pico de monte que conectaba con el cerrete de atrás hacía que los cochinos intentasen la huida por ahí en vez de salir al claro de labrantía que teníamos a izquierda y derecha. Para colmo habían sido postores en Las Mesas de Mialdea la semana anterior.


A eso de la una de la tarde, y ya pasados los perros escuchamos una ladra que se acerca por nuestra derecha, a esto que vemos salir de las jaras a una cochina rodeada de perros y con un can agarrado a su pata izquierda que no soltaba la presa y era literalmente arrastrado por la cochina que en todo momento se comportó como un macho, haciéndoles frente e hiriendo a uno de ellos tras voltearlo. Lolo, con buen criterio, decidió no tirar, y entretanto el agarre bajó hasta unas matas espesas, justo debajo de nosotros. Ahí era todo gruñidos, ladridos y arrancones. Decido bajar para ver si es posible rematar la cochina a cuchillo si los perros logran sujetarla. Me acerco a unos dos metros y observo que la cochina está suelta, embistiendo y mordiendo a los perros, el pelo del cogote todo erizado y sin parar de gruñir, ¡un espectáculo!








En esto la cochina se zafa de los perros y se queda parada y sola, aprovecho para en una carrera coger el rifle y apuntar, demasiado cerca para un 300 pero aun así y estando de frente a mí pues me ha venteado, decido disparar a la cabeza. Le alcanzo e inexplicablemente se pone a dar vueltas sobre si misma, intento rematarla pero… ¡Maldición!: La vaina se atasca antes de salir y para cuando logro sacarla la cochina va camino, mal que bien, del puesto nº 3 que por suerte logra sujetarla. Cada día me admiro más de la fortaleza de estos animales. Al final vi que la bala le había impactado en la jeta, rodeado el cráneo, resbalando para salir por la oreja.







No han pasado ni diez minutos cuando un poco más arriba de la primera cochina sale otra más pequeña, esta vez zorreada, que Lolo en un primer disparo alcanza y en el segundo dobla rodando hasta el fondo del regajo, y como la primera, sigue malherida hasta que de nuevo los compañeros del nº 3 nos la paran. Está visto que ese día no andábamos ninguno de los dos muy finos.



Finaliza la montería y nos ponemos a pistear las dos cochinas. La mía, a pesar de la lluvia va dejando un rastro claro de sangre que me conduce por el regajo hasta el puesto vecino. Vuelvo por mis pasos y encuentro a Lolo pisteando su cochina, en el primer disparo le dio un tiro bajo que hace que vaya perdiendo trozos de tripa, y el segundo disparo va más alto pero sin dejarla seca. Total que una vez cumplida la obligación de no dejar reses heridas en el monte nos pasamos a saludar a Javier y Juan María que han hecho su puesto de la temporada, 4 cochinos más 1 venado, más de 30 disparos, y una cara de satisfacción que creo se ven en las fotografías que les hice: ¡Enhorabuena por el resultado y felicitaciones por su buen hacer!


Al volver a la junta pasamos por el nº 1, el puesto de j.j.l. y vimos un buen navajero que había matado.
Al finalizar la montería, mojados pero contentos, había puestos que habían cobrado 4 cochinos y un venado y otros con más de 2 reses abatidas. Armadas como las del Pantano fueron de las más afortunadas, el nº 3 con 5 reses cobradas ocupado por Javier Lorenzo y Juan Mª Romero fue uno de ellos, el nº 2 de La Torreta con un magnifico venado cazado por Juan José Díaz o el gran navajero cobrado en el nº 7 de La Cuerda ocupado por Ramón Riballo, y muchos otros.












Al final se presentaron en la junta de carne 34 cochinos (3 de ellos muy buenos) y 14 venados.
La comida en la casa de la finca, caras de alegría y conversaciones animadas narrando los numerosos lances. A las seis de la tarde nos marchamos no sin antes saludad a  Santiago Moreno y Pepe Orta, de Monteros de Vallehermoso, los artífices de este nuevo éxito.
A mi aún me quedaba una hora hasta llegar a Córdoba, tomar un café y darle de nuevo las gracias a Lolo por el buen día pasado. Es un placer compartir puesto con un gran montero. A ver si se puede repetir.



A Sevilla llegué tras otra hora y media de viaje bajo la lluvia, cansado pero feliz, ¡así da gusto montear!

jueves, 15 de noviembre de 2012

10/11/12. Las Mesas de Mialdea

El sábado diez de noviembre de dos mil doce estábamos citados a las ocho de una mañana nublada y con un poco de niebla, para montear esta bonita y señera finca cordobesa con Monteros de Vallehermoso. 




Situada en el término municipal de Almodovar del Río (Córdoba) sus lindes bordean el pantano de la Breña, en el río Guadalquivir, zona abrupta y de vegetación tupida de jaras, lentiscos y coscojas en unas espectaculares pendientes que caen a pico sobre el pantano, siendo su zona alta, una gran dehesa aclarada de encinas, el refugio ideal para jabalíes y venados como a lo largo del tiempo ha sido, refugio de las pocas reses que había a mediados del pasado siglo y que ha mantenido su calidad a través de los años a pesar de ser una finca abierta.




La junta se hizo en la vecina finca de Las Tejoneras, unas migas y un café caliente calmaron un poco el frio. Antes del sorteo Anabel Mialdea de la propiedad y Rafael Vila rezaron una salve montera dedicada a los monteros difuntos, en particular a Paco Vila, su padre, que nos dejó hace años y era muy querido en esta finca, que resultó muy emotiva para los presentes; a continuación el sorteo de los 53 puestos colocados en 8 armadas para montear una mancha de 500 hectáreas con 19 rehalas.





La salida de las primeras armadas de cierre se hizo con prontitud, siendo de destacar que la armada del Pantano se montó con barcas al estar muy crecido el embalse. Al momento empezaron a oírse los disparos que fueron incesantes durante toda la jornada hasta las 15:30 horas en que se dio por finalizada y marchamos hasta la casa de la finca donde se sirvió la comida.



En la junta de carnes se presentaron 21 cochinos (2 posibles oros) y 11 ciervos (de muy buen porte), resultado que hubiese podido alcanzar los 50 jabalíes de no ser por los 300 litros/m2 caídos en la zona en los días anteriores agravado por el viento de levante que hizo cambiar las querencias y encames de los jabalíes, tal como temía Lolo Mialdea.



Las mejores armadas fueron las de Valdemilanos, la Gitana y el Pesebrito. Manolo Rubio y R. Juan Gómez fueron los afortunados monteros que abatieron los dos espectaculares cochinos, mientras que el catedrático Antonio Arenas, Juanjo Sánchez, José Manuel Friero, Miguel Ángel Vara, Ricardo L. Fdez. de Córdoba, Antonio de la Fuente y José Mª Bejarano hicieron lo propio con los mejores venados.

A destacar el buen hacer de Santiago Moreno y Pepe Orta de Monteros de Vallehermoso y la amabilidad de la propiedad. Una gran jornada montera llena de tradición en la cuna de la montería tradicional española.